Aunque ya estemos desde hace un par de días en otoño, por mi tierra todavía no lo hemos notado mucho… Así que todavía me puedo permitir lo de no tener que ponerme medias y prescindir de las chaquetas de entretiempo a partir de las 10:00 de la mañana…
Hay unas combinaciones que nunca fallan y sin duda la del blanco y negro es una apuesta segura. Siempre me ha gustado llegar prendas claras (especialmente en tonos blancos) para la parte superior del cuerpo, porque aportán luz al rostro y porque como todavía me quedan restos del bronceado veraniego, mi piel resalta con estas tonalidades. La blusa que llevo me gusta mucho por varías razones, la primera es que tiene el cuello bebé y eso en mi opinión le da un toque más formal a la blusa y que sea más de vestir, la segunda razón es porque es semitransparente, así insínua un poco pero sin ser demasiado, para que sea perfecta para ir a trabajar. Por último, aunque sé que la camisa blanca es un básico de armario que siempre tenemos que tener, yo siempre busco una camisa blanca que no sea la clásica, que tenga algo diferente, esta, con rayas negras me parece perfecta para lo que busco. Si a ti también te ha gustado echa un ojo a White Rose.
La he combinada con una minifalda blanca y ajustada, para dar un toque un poco más sexy y unos botines de terciopelos negros planos y muy cómodos, que se acaban de convertir en mi calzado preferido para este otoño/invierno.